Y mañana yo seré como aquella

 

El tiempo que se queda sostenido en un constante pestañeo. Aquella puerta entreabierta por donde entran los olores de jardín húmedo y el sonido de la lluvia cayendo en cazos medio vacíos. Los arbustos al fondo del jardín aún conservan verdes sus hojas.
 Finales de octubre y yo estoy sentada sobre algodones blancos, fingiendo estar dentro de un guión que no fue escrito para mi.
La lluvia me llama. Es como si supiera que mi desconsuelo llora de la misma manera que llora el cielo, callada y lentamente. su llanto cae en cazos, el mío en la comisura de la boca. Ahi yacen lo salado y  lo frío de la temporada.
Escucho, en ese aparato negro a Vivaldi, con su Otoño y no me sorprende sentir tan viva la temporada en mi piel. 
Nunca había tenido un otoño tan lleno de sensaciones. 
Y sé que detrás de las puertas blancas, se esconden las preguntas que no logro formular. No quiero escuchar las respuestas. Intuyo cuales son  y no me siento preparada para escucharlas. pero, no puedo evitarlo,  las intuyo y las vivo dolorosamente.
Quién escucha el rumor que hace la lluvia sobre los laberintos de los desagües; el agua me llama, gime en el correr de los cristales, se detienen y me mira..Yo parca, no quiero darme por aludida.
Suspiramos juntas. Nos acompaña la música que no es de este tiempo pero lo es.
Mañana deberé partir hacia rumbos muy conocidos que me atraen y a los que pertenezco. Nada que necesite de intuiciones, solo reconocimientos. 
Me quedará un pedazo de tierra húmeda y seca al mismo tiempo. Una tarde frente al televisor mirando  Casablanca.
Me llevaré el olor de la casa, de la cama. Al retornar, seré una más en una fotografía que se despinta con el tiempo, un recuerdo que se destiñe, alguien que no tiene valor...como plata que se quiebra de tanto uso.
Al regreso seré parte de una película que se hace vieja, donde todo se confunde. 
Y  Casablanca ante mis ojos, cimbrando mi conciencia , no es la primera vez . Pero  sí  es la primera vez que la siento propia. 
Tu respiración y la mía se revuelcan, así sin más.
sin pedir permiso...hacen uno  sobre esa mesa de cristal llena de revistas y libros.
Uno, así nada más.